Estamos viviendo una película de terror. Terror por las pérdidas. Terror por lo que vamos a perder. Terror por ver lo que pasa cuando le das la navaja a un mono.
No obstante, siguiendo con el símil peliculero, me gustaría pensar que, queriéndolo o no, estamos también construyendo las bases para lo que hoy (desgraciadamente) todavía es ciencia ficción, pero que seguro que mañana será lo habitual para aquellas empresas que hayan decidido sobrevivir y prosperar.
Y ya puestos, por nombrar tres claves, que sea también recuperando uno de los clásicos del Western: "El Bueno, el Feo y el Malo", a saber:
El Bueno
Recuperemos el concepto de organizaciones líquidas (obligados hoy, tras entender lo de entornos volátiles). Aquellas donde "el trabajo no es un lugar". Aquellas en las que la Flexibilidad Digital es el medio de elección. ¿Para qué limitar el Teletrabajo?. ¿La oficina que tenemos cubre en tamaño y funcionalidad las necesidades que tendremos post COVID19?. Oye, que igual sí; lo que yo digo es que repensémoslo, porque estamos afrontando (desgracia mediante) una de las "pruebas piloto" más bestias que veremos en nuestras vidas: buena parte de la población, currando desde casa y, en muchos casos, los números siguen saliendo (o incluso mejorando). Visto así; ¿acaso no hay que replantearse el modelo de negocio?; ¿acaso no hay que pensar que lo que era un coste necesario (oficinas) puede pasar a ser un coste (total/parcialmente) discutible?. ¿Las vacaciones tienen sentido, tal y como las concebimos, en un entorno flexible de los de verdad?, que no digo que no tengamos (imprescindibles) períodos prolongados de desconexión; hablo del modelo actual, tal y como no lo discutimos. Y la guinda: ¿Os acordáis de aquello de el Registro de la Jornada Laboral y la Desconexión Digital?...aquí, mi hija pequeña haría....Booooooom!
El Feo
Habilidades que hasta ahora habían sido el patito feo o tan siquiera se habían ganado el dudoso honor de aparecer en los antiguos diccionarios de competencias (negocio tan prolífico para quien lo vendía como inútil para quien lo compraba), ahora se han vuelto tremendamente sexy. ¿O acaso no es sexy ver como alguien mantiene la calma/aplomo/empaque/serenidad/llamalocomoquieras ante el estrés locomotor colectivo?. ¿Acaso no es sexy que alguien te enseñe a convivir mejor con la incertidumbre en lugar de mentirte con un "tranquilo que la Seguridad está aquí, que me dice que ahora viene...". O la importancia de mostrar Cercanía Objetiva, en un momento en el que la Emocionalidad parece haber cogido el mando.
El Malo
Pues "el bicho", claro. El puto COVID19, que nos ha dado una hostia de realidad y nos ha dicho en toda la cara: "chaval, pensáis que controláis el mundo y no controláis nada". Fragilidad. Fragilidad máxima que nos ha de conducir a la Humildad y al concepto de Liviandad, esto es, darle la importancia justa a cada cosa, en especial a las cosas que no son importantes, que aunque suene extraño decirlo así, sé que me has entendido perfectamente.
Fíjate bien: millones de personas han perdido sus empleos. Centenares de miles de muertes. Crack bursátil. Debacle del PIB. El petróleo a mínimos históricos. En Italia hay saqueos de supers y espérate en EEUU, que allá se pasean pistolas... y todo, porque al parecer un tipo se zampa un murciélago Wuhan. Toma globalización. Toma macabro Efecto Mariposa (¿o deberíamos llamarle el "efecto del maldito murciélago"?.
¿Qué aprender?, pues que somos irrelevantes en el juego global. Que no tiene sentido creernos importantes para quien no lo somos. Que no eres tu tarjeta de visita. Que uno de los liderazgos más trascendentes es el Liderazgo Emocional. Que la vida es un suspiro, de verdad. Que, como decía aquel, nos obsesionamos con tontadas mientras lo Esencial nos espera, incrédulo. Y porque lo único que no podemos permitirnos es no aprender de lo que está pasando y que, sin duda, volverá a pasar. La primera vez, será culpa del "bicho". La segunda, será culpa nuestra.
Mientras tanto, vayamos desterrando expresiones como "business as usual" o incluso la pura denominación de "teletrabajo", apellido que esta coyuntura ha convertido en superfluo.
Obviamente, a estas alturas ya te habrás percatado que mucho de todo esto poca aplicación tiene para puestos ligados a fabricación / distribución; tampoco en determinados entornos, pero no así a tantos otros. A aquellos a quienes va en realidad dirigida esta reflexión.
Porque esta película está rompiendo mantras e inercias mentales del pasado y obliga a revisitarlo todo, no para resquebrajar nada por deporte, sino para confirmar qué cosas siguen siendo válidas, qué otras no y qué otras son necesarias que antes no lo eran.
Señoras y señores, disfruten adecuadamente de la película.
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