Participación en la cuarta prueba del VII Circuito Blitz Illa de Menorca de Ajedrez.

 


El pasado 16 de agosto participé (por segundo año consecutivo) en la cuarta prueba del VII Cirtuito Blitz Illa de Menorca de Ajedrez. 

Los que me conocéis sabéis de mi afición al Ajedrez, con absoluta independencia de mi pésimo nivel aficionado. Llevo un año "entrenando" lo mucho o poco que mis prioridades me dejan al lado de un brillante Maestro Internacional que se carga de paciencia en cada clase para verme mejorar a duras penas, pero aún así yo empeño y voluntad le pongo a tope! :)

La cuestión es que, sin ser consciente del nivel real, me decidí a participar como aficionado en una prueba donde la mayoría son participantes de club federados y donde el jugador federado de menor nivel duplicaba (literalmente) mi nivel (en ajedrez, la "fuerza" de un jugador se mide en un rating llamado ELO). El resumen: el año pasado gané 1 partida de 9 y este año gané 3 de 9. Y no veas lo feliz que me fui a casa.

A destacar:

  • La gran afición que en Menorca hay por el Ajedrez; el enorme nivel de participación (82 jugadores!) y preparación de los ajedrecistas (por citar uno, destacar al Maestro Fide Joan Cubas, 8 veces campeón de Baleares). De hecho, de Menorca es el mejor ajedrecista español de todos los tiempos: Paco Vallejo, número 34 del mundo, lo que es una auténtica animalada.
  • La fantástica organización a cargo de Llorenç Cardona, el hombre orquesta que se encarga de montar, desmontar, dar premios, organizar las rondas, jugar, arbitrar, etc. Poco se habla de Llorenç Cardona y de su impagable labor de fomento del Ajedrez en Menorca, siempre con una enorme sonrisa y actitud imbatible.
  • El gran ambiente que siempre genera el ajedrez
  • El nivel de competitividad, viendo a jugadores repasar mentalmente a posteriori victorias y, sobre todo, derrotas.
  • Algunos curiosos perfiles de personalidad, que los hay. Un botón, como muestra: en mi primera partida, jugué (digámoslo así) con una persona de nivel infinitamente superior al mío que a las pocas jugadas ya me había machacado y, de repente, él tipo considera la partida acabada mientras me musita un comentario sobre la partida a lo que yo, con ganas de seguir alargando la sangría para aprender y sin entender mucho lo que me estaba diciendo, decido seguir jugando y presiono mi reloj para darle paso a su turno a lo que él, visiblemente molesto, sigue jugando a regañadientes hasta que me rindo a la evidencia. Que igual digo yo que rompería alguna regla de caballerosidad no escrita en Ajedrez (si es así, lo siento) pero lo que sí me pareció es que la partida acabó en Ajedrez 1 - Empatía 0. 
  • La importancia del Ajedrez a todos los niveles: concentración, resiliencia, memoria, cálculo mental, foco, estrategia, manejo de emociones, toma de decisiones bajo presión (el campeonato se jugaba en la modalidad de Blitz a 4 minutos + 2 segundos de incremento por jugador, en total) y un largo etcétera, suficiente como para que debiera ser incluído en el curriculum académico de todos los colegios.
Os dejo el enlace al interesante blog de Llorenç Cardona sobre este circuito y otros temas de Ajedrez.

A seguir mejorando (con paciencia y visión a largo plazo) y seguir intentándolo el próximo año. 



De a muchitos y de a poquitos



Creemos que innovar sólo es inventar el Iphone y así nos obsesionamos en comprar garajes a ver si eso. Creemos que mejorar el mundo es crear una nueva máquina que elimine el plástico de los océanos o crear un nuevo biocombustible limpio. Piensa a lo grande!, nos cuentan normalmente los grandes pasadores de diapositivas. Así es como pasa la Vida y así es como no pasa nada en ella.

Cuando el reto es mayúsculo, mayores son las fuerzas de sentido contrario, léase la pereza o las excusas tipo "es imposible", especialistas en el no hacer. De ahí que mi propuesta hoy sea que nos centremos, en lugar de provocar grandes cambios, en ir acumulando pequeños cambios positivos de manera sostenida en el tiempo. De hecho, los japoneses ya tienen una palabra para este concepto: Kaizen.

Cuando voy a la playa me gusta recoger y tirar los pequeños plásticos que a veces me encuentro flotando en el agua, mientras veo a muchos otros simplemente apartándolos de manera indiferente. Cuando voy a tirar la basura y me encuentro una lata en el suelo la recojo y la tiro, donde otros la han dejado caer o bien la han tenido que sortear para ir a tirar su basura en el mismo contenedor donde la estoy tirando yo. Que no voy a ponerme yo ahora como ejemplo de nada, pero lo que digo es que ese imperceptible "qué más da" interior es lo que acaba resolviendo el asesinato. 

Si todos incorporáramos pequeños hábitos seríamos una sociedad mejor habitando en un planeta mejor: esto es Kaizen.

Ir a un restaurante y, si has quedado contento, acércate al responsable y díselo. Si vas a una excursión y el guía hace su trabajo de manera excelente, díselo también. Le alegras el día y te lo alegras también a ti. Si ves algo en una tienda que le puede gustar a algún amigo, regálaselo por sorpresa. Existe una suerte de ley universal de la reciprocidad te hace recibir aquello que das, si lo haces de manera sostenida, genuina y sin esperar jamás nada a cambio.

El cambio positivo en la vida viene más por muchos poquitos que por pocos muchitos. Viene por muchas personas haciendo poco más que por pocos haciendo mucho. Viene por hacer lo correcto por el simple hecho que es lo correcto. Hacer lo correcto, no porque nadie te lo reconozca o porque nadie te esté mirando. Hacerlo porque quien realmente te estás mirando eres tú.

Rotación y los pollos


¿Tener una alta rotación de personal es bueno?

Popularmente tendemos a contestar un NO rotundo con demasiada alegría, alegando que una alta rotación atenta contra la estabilidad, los costes de reemplazo y otras tantas cosas. Y hay que reconocer que al argumento, lógica no le falta. No obstante, tal y como lo veo yo, la respuesta seria la preferida en Recursos Humanos: "depende".

¿De qué depende, pues?

Pues del tipo de persona o incluso del aire fresco que necesites para ventilar la empresa. Es decir, que tan bueno es tener una "alta rotación de personas tóxicas" (léase, personas chungas que se piran de un modo u otro  / plantilla) como una "baja rotación de personas guay".  El problema es que habitualmente se habla y se marcan índices de referencia para la Rotación como un total que mezcla salidas de todo tipo de personas, en un ejemplo magnífico de la famosa cita en Estadística por la que "si tu te comes un pollo y yo ninguno, ambos nos hemos comido medio pollo". Y la cifra así calculada, en realidad, no sirve para darte una información útil.

Y entonces; ¿qué hacemos?

Identificar a las personas "tóxicas" y marcarnos como empresa un objetivo del 100% de rotación para ellas y de un 0% para el resto. Siempre he defendido que a los "infelices por deporte" hay que ayudarles "a ser felices en otra empresa" librándoles así del mal de permanecer en la misma. Y a este punto, otra reflexión:

Si estás todo el día quejándote de la empresa para la que trabajas pero, curiosamente, no te piras, esto es por una delicada regla universal: o no te quieren en ningún otro lado o, como mínimo, no te quieren "más" de lo que te quiere la empresa para la que trabajas (no me imagino a alguien rechazando continuamente ofertas desorbitadas para puestos mucho mejores...). Por ello, (a) sé consciente de ello y (b) no digo yo que beses por donde pisas pero, al menos, no des el coñazo por la vida, que la tristeza deportiva es incómodamente pegajosa.

Ser responsable de nuestras decisiones y asumir que trabajamos, bien donde queremos, bien donde nos quieren más, resulta un ejercicio altamente recomendable para convivir mejor con nosotros mismos.




Pay per Talent

SUPERMERCADO - Boadas1880

Para mí que el Talento es un resultado, no una persona. De ahí que para mí no tenga ni género ni edad. 

Si una habilidad no se expresa, de hecho, no existe. Si Leo Messi o Magnus Carlsen no hubieran entrenado duro, no jugarían como juegan ni, probablemente, se les hubiera considerado genios. 

El Talento es volátil. Hoy puedes generar resultados talentosos y quizás mañana por lo que sea ya no. Porque el Talento también tiene su tiempo y puede devenir inútil, como ser buenísimo programando en Pascal pero hacerlo en el siglo XXI.

El problema es que seguimos pensando en Talento como un cuerpo entero y hay que empezar a pensar en Talento a trozos. A piezas. A lonchas. Pensar en los 200 gr. de Boadas 1880, pero no necesariamente en el cerdo entero. Y las organizaciones seguimos insistiendo en Revisiones de Talento a base de personas consideradas talentos a todo o nada. Y lo que apoyo es la idea de Marcos Urarte de tener un Mapa de Talentos.   

Un Mapa de Talentos en el que en lugar de Marta, Juan o María, aparezcan "comunicación"; "planificación"; "digitalización"; "negociación"...y detrás de cada uno, los nombres -ahora sí - de las personas que destacan en cada una de estas habilidades. Y lo que digo es que  si María es superlativa en "comunicación", que involucremos a María solo en el momento del proyecto en que se necesite "comunicación", evitándole a la organización y a María los costes de involucrarla durante el resto del proyecto. 

Porque el Talento siempre es "talento para..." o "talento en..." pero no debería ser un "María es un talento" a secas. Porque igual a María le cuesta hasta aplaudir, pero en "comunicación" es una bestia.

Y que igual a María, que expresa un sobresaliente talento en comunicación, le enriquecería más desarrollarlo a tiempo completo pero para varias compañías a la vez, en lugar de expresar su talento al 20% + 80% de relleno restante para la misma compañía. 

Lo que propongo es un Pay per Talent. Un servicio de streaming. Instalar la "Netflix experience", en lugar de repasar cintas de VHS cada año.

Pasa con lo mismo que cuando despedimos, que seguimos pensando en despedir al cuerpo entero, en lugar de despedir una parte del cuerpo que no conviene para una organización. Sí, como lo lees. Presuponemos que despedir se hace a cuerpo completo y lo que propongo es una fórmula alternativa que, por ejemplo en un ERE, salvaría muchos puestos de trabajo: reducir la dedicación como alternativa al despido para personas muy válidas pero que una organización puede no sostener económicamente en su totalidad. Propongo amputar para salvar vidas laborales (y cotizaciones y ahorro en desempleos, etc.).

Imagina que, en lugar de plantearte un despido, la empresa te propone "despedir 3 de tus 5 días laborables a la semana", quedándose con 2 días semanales de tu trabajo. Técnicamente, esto supondría a grosso modo una reducción de -0.6 FTE (Full Time Equivalent), indicador en torno al cual se realiza la planificación de plantillas en compañías de una cierta entidad. Esto, lejos de ser una desventaja en el 100% de los casos, podría verse, en un porcentaje de casos, como una ventaja: (a) voy a dedicarme a lo realmente esencial, porque solo estaré dos días a la semana y/o (b) puedo encontrar un trabajo en el que pueda hacer lo que más me apasione otros 2-3 días a la semana y que, incluso, la suma de ambos me reporte más ingresos que los 5 días en la misma organización. O hasta (c) trabajar en varias organizaciones reduce el impacto negativo de que te despidan cuando vas con todo al rojo trabajando para una única organización. Quizás no sea una fórmula válida para todos, pero definitivamente sí lo es para determinadas personas bajo determinadas circunstancias.

Y ahora imagina que, en una empresa de 300 trabajadores, el 15% acepta trabajar cuatro días a la semana (o sea, reducir el 20% de su tiempo o -0.2 FTE por persona) incluso sin el añadido de saber que hacerlo evita despidos. Esto supone el equivalente a 9 personas a cuerpo completo. Quizás, 9 personas a las que en un proceso de reestructuración no necesitarías despedir, pudiendo seguir disfrutando de sus resultados talentosos en competencias necesarias (aparte del poderoso mensaje interno que como organización estarías enviando).

Lo que propongo es contratar, valorar y pagar mucho más! pero solo por los resultados talentosos que precisa una organización. Y prescindir del resto, para el bien de la organización pero también para el bien de la persona a medio - largo plazo. 

Porque, en ocasiones, el todo no es más que la suma de las partes ;D

Exagerada - Mente




Tu mente te trolea. Que lo sepas. Y la Ciencia es muy tozuda al respecto. Los recuerdos que tenemos apenas son un dibujo de la realidad vivida; jamás una foto. La mente es cinturón negro tercer dan en rellenar la información que le falta para generar falsos recuerdos una y otra vez. Recuerdos, que defenderás como exactos hasta la muerte. Pobrete.

Además, tu mente es exagerada a más no poder. Porque...


Lo bueno siempre es mejor en tu mente

Ves una foto de una playa paradisíaca y te dices: mataría por estar allí. No puede haber lugar mejor. Aquello sí es vida y no aquí, haciendo papeles en la oficina...

...pero en realidad, querid@, tu mente te engaña parcialmente porque te "esconde" parte de la información relevante. Te esconde la información contraria al deseo. Aquella que desluce la fantasía. Me refiero a que en esa fantasía de estar en esa playa maravillosa, probablemente, tu mente no te incluye una temperatura de 38 grados y una humedad superior al 90%. No te incluye sudando como un pollo. Probablemente no te incluye arena abrasándote tus pies o las típicas avispas que te revolotean sin cesar. No te incluye al niño gritando "medusas!" o esa familia que más que ubicarse, se desparrama en la playa, colocándose a dos metros de ti (da igual que la playa esté vacía, esta es una ley universal) para que puedas oir bien ese radio cassette con lo último de Camela. Esos pequeños detalles sin importancia, pues no, no te los incluye.

Y es que, lo bueno, siempre es mejor en tu mente.

Funciona igual con ese affaire extramatrimonial con el que nunca has fantaseado o con ese trabajo que te ofrecen y que pinta a mierda vestida de escapatoria de tu trabajo actual (que es incluso hasta más mierda). Mente y realidad acaban haciendo bueno el famoso meme de Aliexpress: "cuando lo pido vs cuando me llega a casa". Que tu te imaginas un affaire tipo película americana y, de darse, te das cuenta que aquello está más cerca de Torrente que de Miami Vice. Con el pequeño detalle que el mal ya está hecho. Y no hay vuelta atrás. Y la cara de bob@, pa' siempre. Que, para estas cosas, más vale bueno conocido que malo por conocer. Porque nuestra ingenuidad asume que la situación deseada mantendrá todo lo bueno de la situación actual y que lo malo desaparecerá. Todo muy de primero de Inventada. 

Todo cuanto fantaseas en positivo, la mente te lo tunea, sacándose matrícula de honor en packaging.

Lo malo siempre es peor en tu mente

La mayoría de catástrofes que imaginas nunca se producirán. Y la minoría restante lo hará en una versión mucho más light de lo que imaginaste. Porque vivimos siempre en el peor caso. Además, el humano es el único animal que vive con similar angustia el evento imaginado que su homólogo real. Y por si te faltaba poco, cualquier preocupación (da igual su importancia) se expande en tu mente hasta ocupar todo el espacio, por lo que, todo sumado nos convierte en una máquina perfecta de autojodernos la vida.

La mente no conoce la Liviandad (esto es, conferir la importancia justa a cada evento), porque vive entre la Gravedad y la Banalidad. Porque la mente es cosa de extremos. 

Moraleja: ni lo malo será tan malo, ni las fantasías serán tan buenas. Valoremos lo que tengamos y seamos conscientes del troleo de nuestra propia mente. Todo lo demás puede acabar resultando carísimo!