Rotación y los pollos


¿Tener una alta rotación de personal es bueno?

Popularmente tendemos a contestar un NO rotundo con demasiada alegría, alegando que una alta rotación atenta contra la estabilidad, los costes de reemplazo y otras tantas cosas. Y hay que reconocer que al argumento, lógica no le falta. No obstante, tal y como lo veo yo, la respuesta seria la preferida en Recursos Humanos: "depende".

¿De qué depende, pues?

Pues del tipo de persona o incluso del aire fresco que necesites para ventilar la empresa. Es decir, que tan bueno es tener una "alta rotación de personas tóxicas" (léase, personas chungas que se piran de un modo u otro  / plantilla) como una "baja rotación de personas guay".  El problema es que habitualmente se habla y se marcan índices de referencia para la Rotación como un total que mezcla salidas de todo tipo de personas, en un ejemplo magnífico de la famosa cita en Estadística por la que "si tu te comes un pollo y yo ninguno, ambos nos hemos comido medio pollo". Y la cifra así calculada, en realidad, no sirve para darte una información útil.

Y entonces; ¿qué hacemos?

Identificar a las personas "tóxicas" y marcarnos como empresa un objetivo del 100% de rotación para ellas y de un 0% para el resto. Siempre he defendido que a los "infelices por deporte" hay que ayudarles "a ser felices en otra empresa" librándoles así del mal de permanecer en la misma. Y a este punto, otra reflexión:

Si estás todo el día quejándote de la empresa para la que trabajas pero, curiosamente, no te piras, esto es por una delicada regla universal: o no te quieren en ningún otro lado o, como mínimo, no te quieren "más" de lo que te quiere la empresa para la que trabajas (no me imagino a alguien rechazando continuamente ofertas desorbitadas para puestos mucho mejores...). Por ello, (a) sé consciente de ello y (b) no digo yo que beses por donde pisas pero, al menos, no des el coñazo por la vida, que la tristeza deportiva es incómodamente pegajosa.

Ser responsable de nuestras decisiones y asumir que trabajamos, bien donde queremos, bien donde nos quieren más, resulta un ejercicio altamente recomendable para convivir mejor con nosotros mismos.




Pay per Talent

SUPERMERCADO - Boadas1880

Para mí que el Talento es un resultado, no una persona. De ahí que para mí no tenga ni género ni edad. 

Si una habilidad no se expresa, de hecho, no existe. Si Leo Messi o Magnus Carlsen no hubieran entrenado duro, no jugarían como juegan ni, probablemente, se les hubiera considerado genios. 

El Talento es volátil. Hoy puedes generar resultados talentosos y quizás mañana por lo que sea ya no. Porque el Talento también tiene su tiempo y puede devenir inútil, como ser buenísimo programando en Pascal pero hacerlo en el siglo XXI.

El problema es que seguimos pensando en Talento como un cuerpo entero y hay que empezar a pensar en Talento a trozos. A piezas. A lonchas. Pensar en los 200 gr. de Boadas 1880, pero no necesariamente en el cerdo entero. Y las organizaciones seguimos insistiendo en Revisiones de Talento a base de personas consideradas talentos a todo o nada. Y lo que apoyo es la idea de Marcos Urarte de tener un Mapa de Talentos.   

Un Mapa de Talentos en el que en lugar de Marta, Juan o María, aparezcan "comunicación"; "planificación"; "digitalización"; "negociación"...y detrás de cada uno, los nombres -ahora sí - de las personas que destacan en cada una de estas habilidades. Y lo que digo es que  si María es superlativa en "comunicación", que involucremos a María solo en el momento del proyecto en que se necesite "comunicación", evitándole a la organización y a María los costes de involucrarla durante el resto del proyecto. 

Porque el Talento siempre es "talento para..." o "talento en..." pero no debería ser un "María es un talento" a secas. Porque igual a María le cuesta hasta aplaudir, pero en "comunicación" es una bestia.

Y que igual a María, que expresa un sobresaliente talento en comunicación, le enriquecería más desarrollarlo a tiempo completo pero para varias compañías a la vez, en lugar de expresar su talento al 20% + 80% de relleno restante para la misma compañía. 

Lo que propongo es un Pay per Talent. Un servicio de streaming. Instalar la "Netflix experience", en lugar de repasar cintas de VHS cada año.

Pasa con lo mismo que cuando despedimos, que seguimos pensando en despedir al cuerpo entero, en lugar de despedir una parte del cuerpo que no conviene para una organización. Sí, como lo lees. Presuponemos que despedir se hace a cuerpo completo y lo que propongo es una fórmula alternativa que, por ejemplo en un ERE, salvaría muchos puestos de trabajo: reducir la dedicación como alternativa al despido para personas muy válidas pero que una organización puede no sostener económicamente en su totalidad. Propongo amputar para salvar vidas laborales (y cotizaciones y ahorro en desempleos, etc.).

Imagina que, en lugar de plantearte un despido, la empresa te propone "despedir 3 de tus 5 días laborables a la semana", quedándose con 2 días semanales de tu trabajo. Técnicamente, esto supondría a grosso modo una reducción de -0.6 FTE (Full Time Equivalent), indicador en torno al cual se realiza la planificación de plantillas en compañías de una cierta entidad. Esto, lejos de ser una desventaja en el 100% de los casos, podría verse, en un porcentaje de casos, como una ventaja: (a) voy a dedicarme a lo realmente esencial, porque solo estaré dos días a la semana y/o (b) puedo encontrar un trabajo en el que pueda hacer lo que más me apasione otros 2-3 días a la semana y que, incluso, la suma de ambos me reporte más ingresos que los 5 días en la misma organización. O hasta (c) trabajar en varias organizaciones reduce el impacto negativo de que te despidan cuando vas con todo al rojo trabajando para una única organización. Quizás no sea una fórmula válida para todos, pero definitivamente sí lo es para determinadas personas bajo determinadas circunstancias.

Y ahora imagina que, en una empresa de 300 trabajadores, el 15% acepta trabajar cuatro días a la semana (o sea, reducir el 20% de su tiempo o -0.2 FTE por persona) incluso sin el añadido de saber que hacerlo evita despidos. Esto supone el equivalente a 9 personas a cuerpo completo. Quizás, 9 personas a las que en un proceso de reestructuración no necesitarías despedir, pudiendo seguir disfrutando de sus resultados talentosos en competencias necesarias (aparte del poderoso mensaje interno que como organización estarías enviando).

Lo que propongo es contratar, valorar y pagar mucho más! pero solo por los resultados talentosos que precisa una organización. Y prescindir del resto, para el bien de la organización pero también para el bien de la persona a medio - largo plazo. 

Porque, en ocasiones, el todo no es más que la suma de las partes ;D

Exagerada - Mente




Tu mente te trolea. Que lo sepas. Y la Ciencia es muy tozuda al respecto. Los recuerdos que tenemos apenas son un dibujo de la realidad vivida; jamás una foto. La mente es cinturón negro tercer dan en rellenar la información que le falta para generar falsos recuerdos una y otra vez. Recuerdos, que defenderás como exactos hasta la muerte. Pobrete.

Además, tu mente es exagerada a más no poder. Porque...


Lo bueno siempre es mejor en tu mente

Ves una foto de una playa paradisíaca y te dices: mataría por estar allí. No puede haber lugar mejor. Aquello sí es vida y no aquí, haciendo papeles en la oficina...

...pero en realidad, querid@, tu mente te engaña parcialmente porque te "esconde" parte de la información relevante. Te esconde la información contraria al deseo. Aquella que desluce la fantasía. Me refiero a que en esa fantasía de estar en esa playa maravillosa, probablemente, tu mente no te incluye una temperatura de 38 grados y una humedad superior al 90%. No te incluye sudando como un pollo. Probablemente no te incluye arena abrasándote tus pies o las típicas avispas que te revolotean sin cesar. No te incluye al niño gritando "medusas!" o esa familia que más que ubicarse, se desparrama en la playa, colocándose a dos metros de ti (da igual que la playa esté vacía, esta es una ley universal) para que puedas oir bien ese radio cassette con lo último de Camela. Esos pequeños detalles sin importancia, pues no, no te los incluye.

Y es que, lo bueno, siempre es mejor en tu mente.

Funciona igual con ese affaire extramatrimonial con el que nunca has fantaseado o con ese trabajo que te ofrecen y que pinta a mierda vestida de escapatoria de tu trabajo actual (que es incluso hasta más mierda). Mente y realidad acaban haciendo bueno el famoso meme de Aliexpress: "cuando lo pido vs cuando me llega a casa". Que tu te imaginas un affaire tipo película americana y, de darse, te das cuenta que aquello está más cerca de Torrente que de Miami Vice. Con el pequeño detalle que el mal ya está hecho. Y no hay vuelta atrás. Y la cara de bob@, pa' siempre. Que, para estas cosas, más vale bueno conocido que malo por conocer. Porque nuestra ingenuidad asume que la situación deseada mantendrá todo lo bueno de la situación actual y que lo malo desaparecerá. Todo muy de primero de Inventada. 

Todo cuanto fantaseas en positivo, la mente te lo tunea, sacándose matrícula de honor en packaging.

Lo malo siempre es peor en tu mente

La mayoría de catástrofes que imaginas nunca se producirán. Y la minoría restante lo hará en una versión mucho más light de lo que imaginaste. Porque vivimos siempre en el peor caso. Además, el humano es el único animal que vive con similar angustia el evento imaginado que su homólogo real. Y por si te faltaba poco, cualquier preocupación (da igual su importancia) se expande en tu mente hasta ocupar todo el espacio, por lo que, todo sumado nos convierte en una máquina perfecta de autojodernos la vida.

La mente no conoce la Liviandad (esto es, conferir la importancia justa a cada evento), porque vive entre la Gravedad y la Banalidad. Porque la mente es cosa de extremos. 

Moraleja: ni lo malo será tan malo, ni las fantasías serán tan buenas. Valoremos lo que tengamos y seamos conscientes del troleo de nuestra propia mente. Todo lo demás puede acabar resultando carísimo!


Una reflexión de Muerte

Foto de tu oficina del futuro

"Nacer es solamente comenzar a morir" decía Théophile Gautier. Y en cierto modo es cierto: te estás muriendo. Llevas toda tu vida haciéndolo. Lo único que no sabemos es cuándo va a pasar. Esta es la única intriga. Sabemos el qué, pero ni el cómo ni el cuándo. 


Un dato más: cuando mueras, serás olvido en tiempo récord tanto tú (porque, desengáñate, no eres ni Steve Jobs ni Elvis Presley) como  todo cuanto hiciste, salvo que hayas cambiado el curso de la Historia (y, aún así, la mayoría no sabría quien eres. Si quieres comprobarlo, juega un Trivial Pursuit de tu época con gente más joven).


Y a pesar de todo ello, seguimos creyéndonos nuestra tarjeta de visita y guardando el vino caro. Ese que al final quizás se beba nuestro yerno, mezclándolo con Coca-Cola en un botellón de carretera. En definitiva: sigues procrastinando vivir.


Millones de personas corriendo en una noria de ratones durante toda una vida para llegar a "la Jubilación" asumiendo que llegaremos y además fabulando que lo haremos en buena salud pero, sobre todo, confiando en que lo que hoy conocemos como "pensión" va a seguir existiendo. Que digo yo que todo sumado es un demasiado suponer.


Te dejas la piel para dejarles un piso en herencia a tus hijos, que para recibirlo tendrán que hipotecarse y cuando lo vean será un piso centenario a reformar, que probablemente sea más un problema que una solución.


Nos obsesionamos con el tener, mientras olvidamos el ser. Probablemente bastaría (que no es poco) con Educación (esto es, capacidad y opciones) y Amor Incondicional. Bastaría con dar raíces y alas. Y que tus hijos vivan como decidan hacerlo y no como a ti te hubiera gustado vivir y no pudiste o supiste.


El "efecto tanatorio" dura muy poco. Ese efecto que te hace valorar lo que tenemos cuando vemos a uno que se va. Algunos hasta se hacen promesas con vistas al féretro que se olvidan al salir del parking.


Esto no es un alegato en pro de la vida Neymar. No se trata de salir ahora a quemar las naves. Esto va de no perder nunca la perspectiva ni el Balance. Va de vivir con Liviandad, esto es, el dar la importancia justa a cada cosa. Liviandad como punto medio entre Banalidad y Gravedad. Este artículo no es un "enga, a la mierda todo". Al revés. Va de ser consciente que esto de la Vida es un rato corto y que nosotros decidimos cómo pasarlo. Y ahí no hay excusas. Lo del "1% es lo que pasa y 99% es lo qué hacemos con lo que pasa" tiene visos de verdad.


Planifica como un inmortal. Vive como un terminal.


Planificar es fundamental para saber adónde vas ("Séneca decía que no hay viento favorable para un barco sin rumbo"). Tener planes significa crear ilusiones y objetivos por los que vivir. Gasolina para la motivación. Imprescindible. Ahora bien, nunca olvidando que "la vida es eso que pasa mientra estamos haciendo otros planes" (John Lennon).


Flexibilidad y perspectiva. Comer sano es muy importante pero nunca evites ese primer trago de cerveza helada si estás a mediados de Agosto en mitad de una playa a 40º. Ni evites ese helado artesanal que te ofrezcan a medio paseo. Dormir es fundamental, pero haz una excepción si la fiesta lo merece. Y si te gusta, díselo!. Al fin y al cabo; ¿qué es lo peor que puede pasar?. 


Memento Mori.


No te creas tan importante. Ni tan listo. Ni tan sabio. No eres ninguna de las tres cosas. No olvides que estás bastante más cerca de la disminución que de la brillantez en la escala de la inteligencia. Sé buena gente, coño, que no cuesta tanto. Y si no te sale, practica. Ahí tampoco hay excusas.


La única manera (sana) de trascender es en el recuerdo ajeno. Hazlo por ti, pero hazlo ahora. No procrastines vivir o, si decides hacerlo, sé consciente y, al menos, no evites que lo hagan los demás.





Copias verticales y horizontales


Tratar de ser otra persona que no seas tú es un mal negocio, porque a lo máximo a lo que aspiras es a ser una mala copia del original. Y recuerda que siempre es mejor un mal original que una buena copia. Esto es lo que yo llamo una copia o simulación horizontal de ti.

Pero hay otra forma de copia, menos grosera pero igualmente bochornosa, que es tratar de ser tú en una versión extemporánea. Es lo que yo llamo una copia o simulación vertical. Y me explico: Si uno tiene cincuenta tacos (por poner un ejemplo), tratar de aparentar veinte es forzar la máquina. No te equivoques, si tienes cincuenta "tacos", igual tú no te los ves, pero te aseguro que los demás te los detectan con precisión quirúrgica. Por ello, igual vestirte y comportarte como un adolescente hace que lo padezcas más que lo parezcas. Al revés funciona igual: si tienes veinte años y quieres aparentar cuarenta, a la que abras la boca se acabó la magia, Harry Potter.

Y es que uno puede ser libre para tratar de ser otro u otro versión más joven/vieja de si mismo como remedio hueco a la inseguridad. Cosa distinta es que a ojos de los demás la mentira cuele.

Así que yo voto por evitar ingenuidades y tratar de ser 100% genuinos en todo lo que hagamos y seamos. Que igual te sale más a cuenta tirar menos de cuento ;)