Contratamos por Talento y despedimos por Talante (Marcos Urarte dixit)


Se nos acabó el
War for Talent de tanto usarlo. Entre todos lo matamos y el solito se murió.

Y es que poquito a poco vamos desterrando el concepto del Talento como esa señora o señor con túnica blanca que, desde su pedestal de capacidad nos alumbraba al resto que, medio tontos, lo admirábamos como un todo indivisible.

El Talento no es un rasgo sino más bien un estado. Un estado volátil, más bien diría yo. Porque no creo en el Talento persona sino en los talentos que cada uno de nosotros tenemos. Creo más en los cien gramos de cinco jotas que no en el lechón entero.

Todos tenemos talentos por encima de la media. Y eso es precisamente lo que debemos aprovechar y lo que, también, las empresas necesitan para sobrevivir. No necesariamente la concepción de que una persona es talento y lo será para siempre. Que esta es otra.

Todos tenemos talentos en un momento dado y en otro no. Muchos de ellos vienen y se van, como algunas alergias. Ejemplo tonto: a mí se me daba realmente bien programar en Pascal, pero; ¿acaso recuerdas qué era el Pascal?.

Lo que digo son dos cosas: uno, que las empresas deberían dejar de gestionar el talento por piezas completas y, en lugar de nombres en las Talent Grid, lo que deberíamos diseñar es el mapa de talentos. Y dos, que si Fulanito tiene un don para la comunicación, pues que utilicemos ese don para cuando el proyecto lo necesite, pero no necesariamente esclavizar a Fulanito desde el inicio de un proyecto en el que sólo aportará valor cuando deba desplegar su talento, quizás en la fase final.

Identifiquemos los talentos específicos de cada persona y utilicémoslos sabiamente solo cuando sean necesarios.

Y ahora que pienso, el otro día leía un interesante artículo de mi querido Pau Guarro I Oliver, CEO de referencia en BETWEEN Technology, sobre el concepto de “Talent Centric” a incrustar en las empresas. Y obviamente nada que objetar, pero sí me gustaría aportar otra mirada y hablar mejor de “Attitude Centric”. Porque talento hay. Mucho. Y tengo la suerte de verlo en cada entrevista que hago. Gente realmente capaz. Tanto es así que creo que el Talento es hoy, más que nunca y por razones diversas, una commodity. A poco que aciertes, talento – salvo algo muy extraordinario en algo muy específico – no te da la ventaja competitiva, si no tiene la Actitud adecuada. Y eso sí me cuesta mucho más detectarlo.

Para mí la clave está en la Actitud. Siempre. Un talento sin actitud es un jarrón chino. Una persona sin talento pero con Actitud aportará mucho más que un talento sin Actitud. Y claro que lo ideal es cuando coinciden ambos. Lo que digo es que el talento está sobrevalorado y la actitud infravalorada. Lo que digo es que encontremos un mejor balance.

Al fin y al cabo, tal y como mi admirado Marcos Urarte me enseñó una vez: contratamos por Talento y despedimos por Talante.

0 comentarios:

Publicar un comentario