¿Cuántas palabras son necesarias para emocionar?. Muy pocas en realidad. Bastaría con un "te quiero" o un "vete a la mierda" en el momento justo. Bastaría con un "tenemos que hablar" o, un más corto incluso: "hablemos". De una a tres palabras sería suficiente.
Esta semana y de cara a la celebración de Sant Jordi (23/Abril), hemos lanzado un concurso interno para premiar el mejor micro relato de hasta 23 palabras. Bastante menos que un tuit, para que nos hagamos una idea. Y sí, se puede. Mejor o peor, pero sí se puede. Siempre se puede.
Antoine de Saint-Exupéry decía que "La perfección se consigue, no cuando no hay nada más que se pueda añadir, sino cuando no hay nada más que se pueda retirar". Da Vinci decía que "la simplicidad es la máxima sofisticación" y otros muchos les siguieron con frases ya famosas siguiendo la misma idea del menos es más, con la que Marie Kondo nos organizaría la casa tiempo más tarde.
Minimalismo. Siempre. La simplicidad como la máxima expresión de la belleza (creo que fue Jobs). De hecho, eso hizo que en su día me "enganchara" a Twitter...antes que se convirtiera en el Mordor de los trolls. Me gustaba porque implicaba reto. Implicaba esencia. Implicaba inteligencia. Más tarde ya ampliaron el límite de caracteres y hoy es tierra de chapapote intelectual, con algún destello de luz al que solemos aferrarnos a golpe de bloqueo y listas restrictivas.
En el curro pasa igual: la importancia de un email es inversamente proporcional a su extensión. Si el email tiene más de 3-5 líneas y lo borras, en más del 80% de casos no pasará nada. Hazte previsible y dile a la gente que no sueles leer emails tan largos. Por arte de magia verás que la gente hará el esfuerzo en acortarlos y, por simpatía, la gente contesta a emails cortos con emails cortos.
Y las reuniones, tres cuartos de lo mismo: a preguntas claras, respuestas cortas. La opinión, si te la piden. Si un tipo habla mucho, igual es que escucha poco...y así todo.
Así que apuntémoslo bien: la síntesis y/o simplificar lo complicado es ya una de las competencias del presente que van a cotizar al alza en un futuro. Qué mejor para tiempos complejos que tratar de hacerlos más sencillos (Shinpuru, en japonés). Al fin y al cabo; ¿qué preferimos? ¿que nos compliquen la vida o que nos la faciliten?. Hazlo sencillo y explícalo sencillo! (esto también, si no es mucho pedir).
Así que, volviendo al tema, 23 palabras tampoco son tantas para expresar algo que importa, así que creo que os dejo, porque tengo algún micro relato que escribir.
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