Los 10 mandamientos para equipos que evitan un manda y miento.



Hoy recojo el guante que me lanzó David Criado (@vorpalina) hace unos días cuando, tras leer y loar su muy recomendable “Manual de supervivencia para equipos” vía Twitter, va David y me responde: “Te propongo escribir una lista de 10 cualidades que consideras básicas en un equipo. ¿Juegas?”…pues claro! – pensé yo – ¿cómo no voy a aceptar tal desafío?.
Así pues, esta sería “mi lista” de las 10 cualidades básicas para que un equipo trabaje como tal en la consecución de sus objetivos:
1.       Saber escuchar.-   En “Orejas en E-bay” ya explicaba de lo crucial y de lo escaso de esta rara avis hoy en día. Aprendemos de lo que escuchamos y no de lo que hablamos, y ni por esas. Y que si importante es saber escuchar, lo es más hacer que el otro se sienta escuchado. Equipos sordos son equipos con minusvalías insuperables con el fracaso como única línea de meta.

2.       Predicar con el ejemplo.- El modelado en un líder y/o en cualquier miembro de un equipo resulta fundamental para la cohesión del endogrupo. No se puede generar ascendencia ni respeto si uno no ejerce como ejemplo de lo que se predica.

3.       Equidad.- Si no existe trato justo, trato igualitario, entre los diferentes miembros, aparece uno de los principales cánceres organizativos, cuyos síntomas son el recelo, la suspicacia, el descenso de rendimiento y de compromiso, la crítica y el absentismo emocional con el proyecto. La falta de equidad supone romper el primer cristal en la “teoría de los cristales rotos”.

4.       Empowerment.- Los miembros del equipo deben sentirse apoyados de manera incondicional por sus jefes y pares. Este respaldo debe traducirse en libertad para hacer y decidir, de poder tomar decisiones dentro de su ámbito y rango competencial.

5.       Divertirse.- Ya he dicho algunas veces que hay que cambiar el “best place to work” por el “fun place to work”. Muchas de las primeras no son lo segundo…a veces hasta alrevés. Confucio dijo que “si eliges un trabajo que te guste, no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”.

6.       Error como fuente de aprendizaje.- Y jamás como fuente de castigo si queremos evitar fenómenos de "indefensión aprendida". ¿Qué sentido tiene que si aprendemos más del error que del acierto, penalicemos lo primero y exijamos lo segundo?. No se equivoca quien nada no intenta y si penalizamos el error generaremos un equipo de zombies reactivos con alergia a la iniciativa.

7.       Confianza mutua.- Empatizar con el grupo y sentirse comprendido refuerza los vínculos de equipo. La asertividad también será básica para el mantenimiento preventivo del equipo. Saber decir No y clarificar expectativas sobre la base de la confianza mutua supone un factor clave y siempre presente en equipos de éxito.

8.       Ambición.- Sin reto sólo queda rutina. El espíritu de superación, la ambición como guía de consecución de resultados son la energía vital de un proyecto personal y/o de equipo. El reto ha de percibirse como difícil pero realista a la vez y la voluntad de consecución ha de mostrarse firme para poder perseverar, pues sólo perseverando se alcanzan los desafíos.

9.       Identificación/Compromiso con el proyecto.- Un proyecto sin personas que se identifiquen con él es un proyecto despersonalizado; sin alma; un proyecto zombie. Hay una gran diferencia en cuanto a resultados entre los proyectos que asumimos como propios al identificarnos con sus objetivos, valores, etc.; y aquellos que suponen sólo una fuente de ingresos. Si la profesionalidad lleva a la consecución de la tarea, el compromiso hará que persigamos la excelencia.

10.   Capacidad.- Los miembros de un equipo deben percibir que son capaces de alcanzar el objetivo, por el objetivo en sí, pero sobre todo por saberse competentes para alcanzarlo. Y además deben percibirse competentes entre sí en grado similar (concepto ligado al anterior de Equidad). En caso contrario los más competentes podrían llegar a “quemarse” por el desgaste de la sensación de “tirar del carro”.
Y la lista podría continuar, pero lo más complicado siempre es priorizarla, así que hasta aquí mi elección.
Y para ti, ¿cuál sería tu lista?

4 comentarios:

  1. Oscar al 100% contigo comparto tus mandamientos.
    Me falta uno respeto.por el trabajo del compañero, tanto ascendente, descendente o jerarquicamente igual, es indistinto

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  2. Estoy totalmente de acuerdo.

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  3. Confieso que hace algunos años que estoy intentando "desquitarme" de hacer listas, porque las siento limitadoras y pre-condicionadoras, así que a través del entrenamiento de ir a comprar sin lista, los resultados son interesantes. Así pues si aplico el precepto al reto que Oscar lanza, a priori ya digo que “yo no tengo lista” 
    Pero por la experiencia vivida y reflexionada, si me atrevo a lanzar algunos comentarios al respecto, porque parece que hay temáticas como los “equipos”, a las que se les dedica, desde mi punto de vista, demasiada literatura explicativa y teórica y ante la que no puedo evitar preguntar siempre: “vale, está muy bien, pero esto cómo se consigue? Tus equipos son así? Vives el equipo y lo prácticas tal cual lo predicas?” (no va por ti Oscar! Jejej va por todos aquellos que hablan del asunto ) Porque cuando miro hacia mí, hacia el Equipo al que pertenezco, aun sabiendo la teoría, me cuesta horrores siempre estar con los 100% sentidos y, pensar en aplicar los 10 mandamiento de cualquier lista, me hace sudar, y aseguro que el cómo yo me enfrento a mi equipo es con conciencia y sabiendo cuales son mis cualidades como jugadora de equipo, pero aun así, soy plenamente consciente que aunque lea teoría o me haga listas, en mi día a día, no resultará fácil de aplicar. Así que por eso, hace años decidí cambiar mi posición para encarar el equipo: decidí tomármelo como un proyecto indefinido de mejora continua. Creo que funciona y sino, al menos, no me genera frustración por no ser capaz de cumplir a raja tabla los preceptos, lo vivo y siento con serenidad; para mi, un gran logro.
    Siempre cuando se habla de Equipo, tarde o temprano hay quien reclama el “Respeto” y, creo que, éste no se debe reclamar, sino que se debe “ganar”. Cómo? Con el día a día, con la coherencia, con el esfuerzo, con las acciones (y no las palabras), con la toma de decisiones, … es decir, andando. Por tanto, en una lista, nunca lo pondría, porque éste es resultado del esfuerzo.
    De igual modo, hace ya años, que caló en mi un concepto legal de “ante situaciones desiguales, trato desigual”… por tanto, la “Equidad”, como concepto me rechina, porque la entiendo como declaración de intenciones de no discriminación, pero en el cómo aplicarla, parto de la premisa que cada persona es un individuo totalmente “exclusivo”, por lo que trato de, en la medida de lo posible, practicar la adaptabilidad y la flexibilidad, tratando de entender y, en algunas ocasiones extraordinarias, incluso llego a comprender, al otro.
    Para no extenderme y porque sufro, en algunas ocasiones, de incontinencia verbal (), mi último comentario se refiere al concepto de “empowerment”, esa palabra tan bien sonante y que cuando se dice en inglés todavía resulta más contundente … creo que en un porcentaje muy elevado, todavía estamos muy lejos de ser capaces de practicarla … Mientras los “jefes”, “pares”, “managers” y/o “directivos” no sean capaces de resolver el enigma de pre-ocuparse y desarrollen de manera sana el proceso de delegación, impedido por sus propias limitaciones y miedos (personales), llegar a un estadio de apoyar el equipo de manera incondicional, cosa que sólo se consigue cuando se es capaz de permitirse el confiar en los otros, y cuando estamos viviendo en un momento de carencia de confianza personal (real y natural) … todavía me hace más difícil creer, que el empowerment es posible.
    Donde creo que deberíamos prestar más atención para con los equipos, es en aspectos tan simples y, tristemente olvidados, como el ser capaces de despertar la pasión, el interés, la voluntad, la energía, las ganas… porque estos condimentos, son lo que realmente dan “sabor” a un equipo y hacen que consiga resultados extraordinarios .. Sino que se lo pregunten al gran cocinero Ferran Adrià.

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  4. Y es que la Equidad consiste, también, en que tratar igual es tratar diferente para que ese resultado final de justicia percibida sea equivalente en todos los casos.

    Coincido tu alergia a listas, pero como ejercicio de estructuración personal la verdad es que ayuda, aunque después no se practique en su totalidad. Es como lo de la Excelencia: que debemos tender a ella sabedores de que es incalcanzable ;)

    Muchas gracias Laura por tomarte la molestia de leerme y compartir conmigo un rato de tu tiempo.

    Un abrazo y espero que hasta pronto!

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